JULIO OBESO GONZALEZ



un extraño violín azul interpreta mi sangre
se deshacen los ojos en virutas
que clonan el animal que me cierra
sigo la estela de una antigua lanza
   también llevo penachos de carne muerta
¿nunca es tarde?
ya tuve mi viaje    la música que dilapidé
en noches como esta
amé la realidad que se esconde en la mujer
el lustre vicioso del hijo
¿no es tiempo ya de sentir el arco
el mimo del hombro?

3 comentarios:

E. Martí dijo...

El guerrero necesita su descanso a la vuelta de la contienda. Hay que buscar un hueco para que aniden los vencejos que sobrevuelan nuestra sombra. Nunca es tarde.
Besitos, chato.

Jesusazo dijo...

Me encanta éste. Muy bueno. Muy sentido.

Anónimo dijo...

Marta Ele López dijo:
Me encanta el uso que haces de las metáforas audaces.
Eres un poeta de la nueva escuela. Me encantan.

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